En términos técnicos, los receptores neuronales son cadenas de
aminoácidos -por tanto proteínas - que se encuentran en las membranas de
las neuronas, ya sean presinápticas y postsinápticas. Pero como estamos
haciendo una serie de entradas para Dummies, deberíamos imaginar el
receptor de una neurona como una cerradura que tiene una forma
determinada.
Y si el receptor es la cerradura, la llave que abre esta cerradura es el
neurotransmisor. Por tanto, cada cerradura es abierta por una llave en
concreto y solo por esa llave. O lo que es lo mismo: en cada receptor
solo puede acoplarse un determinado neurotransmisor, de ahí que existan
receptores serotoninérgicos (para la serotonina), dopaminérgicos (para
la dopamina), colinérgicos (para la acetilcolina)....etc.
Pero más adelante nos ocuparemos de esto. De momento, lo importante es
mantener en nuestra Memoria de Trabajo que para cada tipo de receptor
hay un tipo de neurotransmisor.
Sin profundizar mucho, conviene comentar que los receptores están
formados por tres porciones: la porción extracelular de unión -que es la
parte más exterior del receptor- , las regiones transmembranarias y la
porción intracelular.
La neurotransmisión química consistiría en el acople del NT sobre su
receptor de manera que permite que la neurona presináptica mande el
mensaje a la neurona o grupo de neuronas siguientes. Los fármacos o
drogas actúan de manera muy similar a los neurotransmisores. De hecho,
los fármacos pueden desplegar sus efectos porque se parecen mucho a los
neurotransmisores naturales.
De esta manera, y siguiendo el símil que antes os proponíamos, las
drogas o fármacos son llaves lo suficientemente parecidas a las llaves
originales como para abrir la cerradura. En términos más técnicos
diríamos que la estructura molecular del fármaco es similar a la
estructura molecular del NT, de manera que puede imitar sus efectos.
Por ejemplo, la DMT (N,N-Dimetiltriptamina) - una sustancia con efectos
sobre el SNC de tipo alucinógeno, princialmente - tiene una estructura
muy parecida a la de la serotonina, de manera que puede acoplarse a sus
receptores y desplegar efectos psicoactivos.
Este es el motivo por el cual los fármacos psicoactivos pueden desplegar
sus efectos: porque se parecen a los NT del cerebro, porque son capaces
de imitarles.
Los fármacos, no obstante, tienen alguna ventaja respecto a los NTs.
Mientras que los últimos siempre estimulan a la neurona, los fármacos
pueden estimular mucho, poco o, todo lo contrario, impedir que un NT
haga su trabajo.
Todo este batiburrillo se denomina "espectro agonista". Veamos en qué consiste:
Como decíamos, los NT siempre estimulan a los receptores. Se les llama
agonistas. Los fármacos tienen un abanico de acción mucho mayor:
- Agonistas: cuando, al igual que el NT, estimulan al receptor.
Por ejemplo, la Heroína es un agonista de los receptores opiáceos. Esto
quiere decir que se acopla en estos receptores y simula los efectos de
los opiáceos endógenos produciendo determinado tipo de efectos
subjetivos. Es decir, estimula los receptores de la neurona
postsináptica.
- Antagonista: bloquean las acciones de cualquier agonista, sea
fármaco o NT. Es decir, es necesario que el agonista esté presente para
que el antagonista haga su trabajo. Es importante tener claro que el antagonista NO es lo contrario del agonista en cuanto a efectos se refiere.
Lo que hace el antagonista es impedir que el agonista se acople en el
receptor. Un ejemplo: como decíamos la Heroína es un fármaco agonista de
los receptores opiáceos. Cuando hay una sobredosis es porque se ha
consumido tanta cantidad que los receptores están tan saturados que los
efectos obtenidos son muy intensos. En estos casos, lo que se suele
hacer es administrar Naloxona, un antagonista de los receptores opiáceos
que, como tal, revierte los efectos de la sustancia quitando/retirando
al agonista del receptor.
- Agonista inverso: esto SÍ que hacen lo contrario de los
agonistas. Pensemos en el receptor del GABA (un receptor, por cierto,
especial). Tanto el GABA como algun fármaco agonista, funcionarían de
manera que al acoplarse en el receptor abriría el canal del Cloro,
produciendo a su vez que la persona obtenga determinados efectos. Un
cuadro nos ayudará a entenderlo:
Este es un receptor típico del GABA. Como podeis ver, en el centro hay un canal. Este es el Canal del Cloro. Cuando el GABA u otro fármaco (desde benzodiacepinas hasta alcohol) se acopla en el receptor favorece que ese canal se abra como si de una puerta se tratase. Esta es la acción agonista. En el caso contrario, es decir, en el caso del agonismo inverso lo que favorecería una sustancia de este tipo es, de nuevo, lo contrario, que el canal se cierre. ¿Qué haría en este caso un antagonista? Pues lo de siempre, retirar del receptor el agonista (sea parcial o inverso) evitando que haga su trabajo.
- Agonista parcial: el efecto es similar a los dos agonistas
anteriores con la diferencia de que ese agonismo no es tan potente como
si fuera Agonista completo ó Agonista inverso completo. Siguiendo el
ejemplo anterior del GABA y su canal del Cloro, lo que haría el agonista
parcial es abrir ó cerrar el canal en menor medida que si lo hiciera el
agonista completo y el agonista inverso, respectivamente. De esta
manera, un agonista parcial producirá siempre menores efectos subjetivos
que un agonista completo.
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